Hay jóvenes viejos y viejos jóvenes, y en estos me ubico yo.
En las escuelas públicas pasan cosas, cosas raras para otras escuelas
El hijo de Daniela tiene un papá que vive lejos.
La hija de Jorge. Tiene dos papás.
El nieto de Mario dice que ellos no tienen auto como la mamá de Alejandra.
El hijo de Alberto, viene de otro país.
La nieta de Silvia y Ramón, vive con ellos en un hotel.
La hija de Daniel espera que su mamá se cure.
El hijo de Ana, tiene los ojos marrones como su piel.
La hija de Eduardo espera que su papá encuentre trabajo.
Pero todos, en esta escuela pública, juegan juntos, quieren lo mismo, y se ríen
de las mismas cosas con dientes de igual blancura.
Nacidos aquí, o en cualquier lugar. De padres nacidos aquí o en cualquier lugar.
Hoy nos convoca el comienzo del año.
Hoy empieza un nuevo ciclo. Diferentes sabores y emociones nos atraviesan.
Desde estar frente a nuestro primer escalón, hasta llegar a las puertas del final
de un ciclo.
Algunos, los más chicos, miraran estos patios y estas aulas con cara de cachorro
desconfiado. De a poco se irán acariciando mutuamente con la escuela.
Los más grandes empezarán a vivir su séptimo grado. Que no se va a repetir.
Recuerden que es mejor ser niño y romper barcos de papel. Que jugar a ser
grandes. De eso ya se va a encargar el tiempo.
En este tiempo aprenderemos a escribir, a sumar, a restar, a multiplicar y a
dividir. Desde primero a séptimo.
A escribir, primero nuestro nombre, el día, lo que me gusta. Y a transformar las
palabras al lado de nuestros maestros. A transformar lo difícil en fácil, lo raro
en conocido,y , cuando a alguno le aparezca el odio reescribirlo en OÍDO, que
es la antesala del amor.
Aprenderemos que los dedos sirven para sumar o restar y no para señalar al
otro. Que a los tres chanchitos el lobo no le tiró la casa abajo. Porque
colaboraron entre los cuatro para construirla. Porque el lobo era bueno. Que la
cenicienta era querida por su madrastra y jugaba feliz con sus hermanastras.
Aprenderemos a sumar uno más uno, más dos, más tres. A sumar para todos.
Aprenderemos a dividir por dos (con mi amigo) por varios (con mis
compañeros) y por último a dividir los logros entre todos. Y que se puede
multiplicar el compromiso. Que la responsabilidad es proporcional a la sencillez
y que la potencia de todos es la dignidad.
Aprenderemos más, mucho más.
Que la educación es la base de la prosperidad de cada uno y entonces es la
prosperidad del pueblo y que al mismo tiempo es el medio más seguro de
hacer imposibles los abusos del poder.
Aprenderemos que el objetivo de la educación es fomentar la independencia y
la individualidad de los niños su expansión, su expresión y su integridad.
Aprenderemos más, mucho más.
Aprenderemos lo importante que es poder elegir la escuela de nuestros hijos,
porque eso nos genera confianza,consenso y compromiso con la institución
Aprenderemos más,mucho más.
Aprendimos que si en la escuela faltan bancos o mesas son los padres y los
docentes los que se ponen el problema al hombro para solucionarlo.
Que a veces hace falta no tener clases para que las clases sean mejores.
Pero también vemos que hay mucha gente que no entiende y no se inquieta
cuando asume que la educación se compra. Y no comprende, que hay miles y
miles que no pueden o no quieren comprar educación.
Para alterar esa realidad hacen falta profesionales de la educación, padres y
alumnos comprometidos con el cambio.
Hace falta saber, que la obligación del que estudió aquí, es no olvidar que ésta
es una escuela pública, que la pagan los contribuyentes y que la mayoría de
ellos son trabajadores como los que estamos en este lugar.
Saber, que la escuela no debe ser un ámbito exclusivo.
Que la escuela no puede discriminar.
Porque cuando estamos comprometidos con la educación de un niño:
-No importa si es argentino o extranjero.
-No importa si es rubio o morocho.
-No importa la posición política de los padres.
-No importa si es religioso o ateo.
-No importa su condición social.
Es un niño.
Que tiene derecho.
Y debemos dárselo.